J. FRAU (DdM) "La plaga del picudo rojo crece cada día más y no está controlada, ni mucho menos". Estas palabras nada optimistas fueron pronunciadas ayer por el conseller de Agricultura, Medio Ambiente y Territorio, Biel Company, que vistió el solar municipal de Llenaire, en el Port de Pollença, núcleo calificado como "la zona cero" de la plaga en Mallorca, donde presentó el plan de choque que iniciará en los próximos meses el ejecutivo para combatir una enfermedad que ha infectado ya a 2.400 palmeras en la isla desde el pasado año 2006.
El plan trazado por el Govern prevé el tratamiento de unas mil palmeras afectadas y precisa del apoyo de los consells insulares y los ayuntamientos. Entre las medidas más destacables, figura el apoyo económico que prestará el ejecutivo a los propietarios que tengan que deshacerse de palmeras afectadas por la plaga, que recibirán el cincuenta por ciento del coste total de la eliminación de las palmeras enfermas en la planta incineradora de Son Reus. Se calcula que el tratamiento para una sola palmera costará entre 300 y 350 euros. En total, el ejecutivo ha previsto una partida de 200.000 euros para hacer frente a las ayudas a los propietarios.
Además, la dirección general de Medio Rural y Marino ofrecerá asesoramiento a los particulares que lo soliciten y realizará el diagnóstico ´in situ´ de las palmeras presuntamente afectadas. La organización de actos informativos sobre las medidas de control de la plaga, la instalación de trampas para capturar a los escarabajos adultos y la gestión de las denuncias por incumplimiento de las medidas fitosanitarias obligatorias son algunas de las medidas que completan el plan de choque.
Pollença, territorio piloto
El ayuntamiento de Pollença ya activó a finales del pasado año un plan de choque para eliminar las numerosas palmeras públicas afectadas, unas ochenta, y presionar a los propietarios de ejemplares enfermos para que lleven a cabo las medidas obligatorias de tratamiento.
El Consistorio usa un solar municipal en la urbanización de Llenaire para depositar los restos de palmeras infectadas, que son troceados y enterrados bajo tierra. El plan estará operativo hasta el próximo 3o de marzo. Hasta esa fecha, los propietarios de palmeras enfermas deberán trasladar los restos al solar municipal.
El alcalde de Pollença, Tomeu Cifre (PP), explicó que el Ayuntamiento habilitó el solar de Llenaire debido a que la opción de trasladar las palmeras afectadas a Son Reus "era inviable económicamente". A su entender, la plaga "cambiará la fisonomía urbana" de la localidad.
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