J. FRAU(DdM) Dos años después de su eliminación, el equipo de gobierno del ayuntamiento de Pollença quiere reimplantar la ORA en el puerto a partir del próximo 15 de mayo en base a un estudio preliminar que propone que casi un cuarenta por ciento de las plazas de aparcamiento situadas en la zona más céntrica y poblada del núcleo costero pasen a ser de pago. La regulación de los estacionamientos afectará a la zona comprendida entre la zona húmeda de la Gola, la vía de circunvalación, la avenida Bochoris y el frente marítimo.
Según el estudio encargado por el Ayuntamiento, de las 1.805 plazas de estacionamiento contabilizadas en la citada zona urbana del Moll, donde se concentran la mayoría de residentes y comercios, un total de 695 plazas pasarán a ser de pago, un 39 por ciento del total.
La intención del Ayuntamiento es dividir el ámbito del estacionamiento regulado en dos zonas: la azul, de pago para todos los vehículos, y la verde, también de pago a excepción de los residentes, que deberán abonar, según la propuesta municipal, veinte euros al año para obtener la documentación que les exima de acudir al parquímetro para aparcar.
En la zona azul se contemplan un total de 307 plazas, 52 de las cuales combinadas con puntos de carga y descarga, y se distribuirán en los principales ejes urbanos y comerciales, principalmente en la avenida Joan XXIII y la carretera de Formentor, además de las calles adyacentes a la zona peatonal de la plaza Miquel Capllonch. Por su parte, en la zona verde se regularán un total de 388 plazas, 19 de ellas compartidas con zonas de carga y descarga.
El número de parquímetros que se instalarán es de 25 para un total de 695 plazas ordenadas y se colocarán de forma estratégica para evitar que los conductores tengan que caminar más de 120 metros para obtener el tiquet.
La zona verde, más cara
El sistema de tarifas a aplicar varía en función del régimen de estacionamiento, por lo que aparcar en la zona verde será más caro que hacerlo en la azul para "ofrecer más garantías a los residentes de encontrar una plaza de estacionamiento". El aparcamiento mínimo será de media hora, y tendrá un coste de 0,50 euros en la zona azul y de 0,75 euros en la verde. Por contra, el plazo máximo de estacionamiento se fija en dos horas y costará dos euros en la zona azul y tres euros en la verde.
El ayuntamiento ´pollencí´ quiere sacar a concurso la explotación de la zona ORA para que sea una empresa privada la que gestione la regulación, si bien la vigilancia será ejercida por el Consistorio a través de la Policía Local, según explicó ayer el alcalde de Pollença, Tomeu Cifre (PP).
En principio, el próximo verano entraría en vigor únicamente la zona azul debido a la falta de tiempo para regular también la zona verde, cuya puesta en marcha es más complicada porque depende de otros estudios relacionados con el padrón.
Además, el Ayuntamiento está pendiente aún de negociar con Ports el destino de las aproximadamente noventa plazas de aparcamiento que esta entidad gestiona en primera línea. El equipo de gobierno es partidario de que estas plazas entren en el sistema de regulación porque "descongestionaría" el resto de aparcamientos del Port y "permitiría dibujar menos plazas de pago".
El estudio incluye una propuesta de reubicación y definición del marco horario para las zonas de carga y descarga con el fin de "pacificar la convivencia entre la actividad de distribución y la actividad comercial". También sugiere una reubicación de los puntos de carga y descarga de viajeros y de estacionamiento de larga duración de los autobuses discrecionales. Ports no quiere que los autocares carguen en el área de su competencia, como hasta ahora.
Según el estudio encargado por el Ayuntamiento, de las 1.805 plazas de estacionamiento contabilizadas en la citada zona urbana del Moll, donde se concentran la mayoría de residentes y comercios, un total de 695 plazas pasarán a ser de pago, un 39 por ciento del total.
La intención del Ayuntamiento es dividir el ámbito del estacionamiento regulado en dos zonas: la azul, de pago para todos los vehículos, y la verde, también de pago a excepción de los residentes, que deberán abonar, según la propuesta municipal, veinte euros al año para obtener la documentación que les exima de acudir al parquímetro para aparcar.
En la zona azul se contemplan un total de 307 plazas, 52 de las cuales combinadas con puntos de carga y descarga, y se distribuirán en los principales ejes urbanos y comerciales, principalmente en la avenida Joan XXIII y la carretera de Formentor, además de las calles adyacentes a la zona peatonal de la plaza Miquel Capllonch. Por su parte, en la zona verde se regularán un total de 388 plazas, 19 de ellas compartidas con zonas de carga y descarga.
El número de parquímetros que se instalarán es de 25 para un total de 695 plazas ordenadas y se colocarán de forma estratégica para evitar que los conductores tengan que caminar más de 120 metros para obtener el tiquet.
La zona verde, más cara
El sistema de tarifas a aplicar varía en función del régimen de estacionamiento, por lo que aparcar en la zona verde será más caro que hacerlo en la azul para "ofrecer más garantías a los residentes de encontrar una plaza de estacionamiento". El aparcamiento mínimo será de media hora, y tendrá un coste de 0,50 euros en la zona azul y de 0,75 euros en la verde. Por contra, el plazo máximo de estacionamiento se fija en dos horas y costará dos euros en la zona azul y tres euros en la verde.
El ayuntamiento ´pollencí´ quiere sacar a concurso la explotación de la zona ORA para que sea una empresa privada la que gestione la regulación, si bien la vigilancia será ejercida por el Consistorio a través de la Policía Local, según explicó ayer el alcalde de Pollença, Tomeu Cifre (PP).
En principio, el próximo verano entraría en vigor únicamente la zona azul debido a la falta de tiempo para regular también la zona verde, cuya puesta en marcha es más complicada porque depende de otros estudios relacionados con el padrón.
Además, el Ayuntamiento está pendiente aún de negociar con Ports el destino de las aproximadamente noventa plazas de aparcamiento que esta entidad gestiona en primera línea. El equipo de gobierno es partidario de que estas plazas entren en el sistema de regulación porque "descongestionaría" el resto de aparcamientos del Port y "permitiría dibujar menos plazas de pago".
El estudio incluye una propuesta de reubicación y definición del marco horario para las zonas de carga y descarga con el fin de "pacificar la convivencia entre la actividad de distribución y la actividad comercial". También sugiere una reubicación de los puntos de carga y descarga de viajeros y de estacionamiento de larga duración de los autobuses discrecionales. Ports no quiere que los autocares carguen en el área de su competencia, como hasta ahora.
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