La medida, muy criticada por algunos partidos de la oposición municipal, pretende potenciar la junta de portavoces como órgano de debate político
J. FRAU (DdM) Cuando apenas han pasado quince días de la composición de los ayuntamientos, el nuevo equipo de gobierno en minoría del consistorio de Pollença, integrado por PP y Lliga Regionalista, se enfrenta a su primera polémica política con la oposición municipal, compuesta por seis partidos diferentes. La propuesta lanzada por el gobierno local presidido por el popular Tomeu Cifre de reducir el número de plenos municipales ordinarios a la mitad, pasando de una sesión mensual a una cada dos meses, el mínimo previsto por la Ley, ha chocado con algunos partidos de la oposición, especialmente Alternativa per Pollença, que ayer criticó la medida al considerar que "va en el sentido contrario a lo que actualmente reclama la ciudadanía: transparencia y participación".
La propuesta del equipo de gobierno, que podría ser aprobada en el primer pleno de la legislatura que se celebrará dentro de quince días, pretende potenciar la junta de portavoces como órgano de debate político para compensar la celebración de menos plenos a lo largo del año.
El alcalde Tomeu Cifre, que hace unos días se reunió con los portavoces de los diferentes grupos con representación municipal para anunciar el contenido de la propuesta, explicó ayer que la intención es constituir un "órgano colegiado" como la junta de portavoces para que se reúna una vez al mes "con un orden del día determinado" con el objetivo de abordar las cuestiones políticas que "no son competencia exclusiva de los plenos". Además, también se celebraría una comisión informativa de asuntos generales.
Cifre es consciente de que "habrá que limitar los plenos" por la dificultad que implica la presencia de hasta ocho portavoces diferentes. "Si hay que debatir una moción y cada portavoz tiene cinco minutos para ello, más otros diez minutos para el portavoz del partido que ha presentado el texto, el pleno debería invertir una hora para debatir una sola moción", explicó el alcalde, convencido de que "se necesita una mejor organización para que todos los portavoces puedan participar con las mismas condiciones".
Otras medidas que se barajan son la posibilidad de fijar un número máximo de mociones para debatir en cada pleno y la imposición de limitaciones al tiempo que tendrán los portavoces para exponer sus argumentos.
Rechazo a la propuesta
El PSM y Alternativa per Pollença son los grupos con representación municipal que más han criticado la propuesta del nuevo equipo de gobierno, a la que consideran "inadmisible".
El portavoz de Alternativa, Pepe García, cree que "lo que realmente hay detrás de esta propuesta es la actitud típica de muchos políticos que prefieren arreglar los asuntos públicos a espaldas de los ciudadanos, evitando las únicas reuniones públicas en las que la gente puede acudir a escuchar y donde la oposición puede hacer preguntas públicas".
La propuesta del equipo de gobierno, que podría ser aprobada en el primer pleno de la legislatura que se celebrará dentro de quince días, pretende potenciar la junta de portavoces como órgano de debate político para compensar la celebración de menos plenos a lo largo del año.
El alcalde Tomeu Cifre, que hace unos días se reunió con los portavoces de los diferentes grupos con representación municipal para anunciar el contenido de la propuesta, explicó ayer que la intención es constituir un "órgano colegiado" como la junta de portavoces para que se reúna una vez al mes "con un orden del día determinado" con el objetivo de abordar las cuestiones políticas que "no son competencia exclusiva de los plenos". Además, también se celebraría una comisión informativa de asuntos generales.
Cifre es consciente de que "habrá que limitar los plenos" por la dificultad que implica la presencia de hasta ocho portavoces diferentes. "Si hay que debatir una moción y cada portavoz tiene cinco minutos para ello, más otros diez minutos para el portavoz del partido que ha presentado el texto, el pleno debería invertir una hora para debatir una sola moción", explicó el alcalde, convencido de que "se necesita una mejor organización para que todos los portavoces puedan participar con las mismas condiciones".
Otras medidas que se barajan son la posibilidad de fijar un número máximo de mociones para debatir en cada pleno y la imposición de limitaciones al tiempo que tendrán los portavoces para exponer sus argumentos.
Rechazo a la propuesta
El PSM y Alternativa per Pollença son los grupos con representación municipal que más han criticado la propuesta del nuevo equipo de gobierno, a la que consideran "inadmisible".
El portavoz de Alternativa, Pepe García, cree que "lo que realmente hay detrás de esta propuesta es la actitud típica de muchos políticos que prefieren arreglar los asuntos públicos a espaldas de los ciudadanos, evitando las únicas reuniones públicas en las que la gente puede acudir a escuchar y donde la oposición puede hacer preguntas públicas".
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