6 de set. 2012

La difícil convivencia entre bañistas y surfistas

M. SERRA (DdM) La bahía de Pollença se ha convertido durante los últimos años en uno de los puntos de encuentro preferidos entre los amantes del windsurf y el kitesurf, una nueva modalidad en la que se utiliza una cometa. Su presencia se ha duplicado de un año para otro y la proliferación de amantes de los deportes acuáticos no ha sentado nada bien a la mayoría de vecinos de la urbanización sa Marina, situada en la misma bahía justo en el límite entre los municipios de Alcúdia y Pollença. Si uno va conduciendo por la carretera que une las dos localidades se encontrará que parte de la urbanización está llena de pancartas reivindicativas en las que se puede leer: "Ayuntamiento, Medio Ambiente y Costas no tenéis dignidad, peseteros" o "alcaldesa ven a bañarte entre los surfistas, te esperamos".
Estas pancartas ponen de manifiesto la disconformidad por parte de la mayoría de vecinos con la presencia de surfistas, ya que aseguran que la convivencias "es imposible". Uno de los vecinos afectados, Toni Comas, afirma que "la situación es insostenible porque los kitesurfistas no respetan las zonas delimitadas para bañistas y es habitual verles pasar de un extremo a otro de la playa con gran velocidad". Este hecho ha ocasionado, según Comas, que "la mayoría de vecinos haya optado por dejar de nadar en la zona" y los que lo siguen haciendo se sienten "avasallados por su presencia y tienen que vigilar constantemente que una cometa no les da en la cabeza".

Peligros
Los vecinos explican que "este año la situación se ha vuelto más complicada con la instalación de dos escuelas de kitesurf en la zona, ya que los usuarios más novatos no controlan los aparatos y muchos de ellos terminan en la carretera, lo que puede provocar muchos accidentes". Por ello piden a la alcaldesa de Alcúdia, Coloma Terrassa (PP), que "desplacen unos metros a los usuarios para que no se produzca ningún incidente".

Comas asevera que los vecinos han mostrado sus quejas ante Demarcación de Costas, Capitanía Marítima y el Ayuntamiento de Alcúdia, pero que "nadie ha tomado ninguna medida al respecto". Los vecinos temen que la zona continúe atrayendo cada vez más a los amantes de los deportes acuáticos y muchos se plantean vender sus residencias.
Los kitesurfistas por su parte consideran que los vecinos "están sacando las cosas de quicio", niegan que impidan el acceso a la playa y recuerdan que "es un lugar público al que todos tienen derecho a acceder por igual, no sólo los bañistas".

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